13 consecuencias del estrés que te están matando
Publicado el 05-05-2017La ansiedad es una de las enfermedades más comunes que sufrimos hoy en día, pero a la que no le damos la importancia que se merece hasta que las consecuencias del estrés nos afectan gravemente.
En todos lados oímos hablar a las personas de la vida tan estresante que llevan, de los nervios que les producen sus empleos, o de la inquietud que les provocan ciertas situaciones.
Estoy segura de que tú también has sentido alguna vez que todo te desborda, que sientes un nudo que te oprime y te supera, y a veces, simplemente levantarte por las mañanas, se hace algo demasiado difícil para ti.
Quizás creas que ese dolor que sientes en el estómago, o que esos pequeños olvidos que tienes a veces, son tan sólo síntomas pasajeros de la época de nervios por la que estás pasando.
Pero de lo que no te das cuenta es de que en realidad esas son consecuencias del estrés que pueden convertirse en enfermedades permanentes, o lo que es aún peor: pueden acabar con tu vida.
¿Crees que estoy exagerando? Mira cuáles son los 13 resultados del estrés demostrados científicamente, y los 8 consejos que debes seguir para llegar hasta los 90 años con buena salud.
13 consecuencias del estrés que están destrozando tu cuerpo
1. Pérdida de memoria y de concentración
El cerebro tiene distintos métodos para hacer que memoricemos la información que recibimos; pero el más usado es el de repetir una y otra vez esos datos para que al final se queden grabados en nuestra cabeza.
Si yo ahora mismo te digo el número 526148, y te pido que vayas a marcarlo al teléfono que hay al final del pasillo, lo más probable es que en tu cabeza vayas repitiendo ese número una y otra vez para que no se te olvide.
Pero si por el camino aparece por ejemplo tu amiga María, y empieza a hablarte, seguro que dejarás de memorizar el número, y al terminar la conversación, se te olvide cuál era.
El estrés actúa sobre tu cerebro de la misma forma que tu amiga María: aparece antes de que puedas memorizar ese número, interrumpiendo tu proceso mental, y causándote pérdidas de memoria.
Cuando tu nivel de ansiedad sube, el estrés toma demasiados recursos de tu cerebro, y los interrumpe haciendo que te olvides de las cosas, y que tu concentración en las tareas sea mucho más pequeña.
2. Depresión y pensamientos negativos
Estar estresados también hace que nos deprimamos, y el motivo es simple: los nervios causan tales efectos negativos en nuestras emociones y nuestro humor que, al final, es nuestro cerebro quien termina pagándolo.
Cuando entramos en un estado de ansiedad, nos sentimos más irritables. Eso hace que no podamos dormir bien, y que estemos más cansados.
Y este cansancio desemboca en un cambio de nuestro carácter que hace que veamos todo más negro, y que nuestros pensamientos sean más negativos, cayendo entonces en una depresión de la que parece que no podremos salir.
3. Irritabilidad
El no dormir bien, sentirnos cansados, y además tener que aguantar los nervios de la situación que nos causa ansiedad, provoca que estés más irritable y que reacciones de forma negativa ante cualquier pequeño detalle que no te guste.
Ten en cuenta que a consecuencia del estrés, tu carácter se vuelve inestable: te enfadas por cosas que no tienen tanta importancia, estás demasiado furioso o demasiado triste, etc.
Y eso hace que hasta la mínima cosa que te moleste un poco se vuelva algo demasiado grande que no puedes aguantar.
4. Cambios de humor
Si has leído los tres puntos anteriores, entenderás por qué una de las consecuencias del estrés son los cambios de humor.
Esa irritabilidad que tienes acumulada, los pensamientos negativos que se agolpan en tu cabeza, y la falta de sueño y el cansancio que eso produce harán que no tengas un carácter estable.
Y por supuesto, esto se notará en tu humor con altibajos: de repente te enfadarás por algo que no tiene importancia, luego pasarás a llorar y sentirte triste, tu ira se volverá incontrolable…
5. Presión arterial alta y riesgo de ataque al corazón
Un nivel alto de nervios hará que tu presión arterial suba, y ese aumento en la presión sanguínea puede hacer que sufras un ataque al corazón grave.
Esto se debe principalmente a la adrenalina, que es la hormona encargada de hacer que estemos alerta y preparados para aquellas situaciones en las que debemos responder rápidamente si sentimos que estamos en peligro.
La adrenalina no es mala; gracias a ella, cuando vas a cruzar la calle y viene un coche, tu mente y tu cuerpo responden a tiempo para apartarte y no ser atropellado, por ejemplo.
El problema viene cuando el estrés hace que esa sustancia esté presente en tu cuerpo en altas cantidades.
Es ahí cuando tu presión sanguínea será alta durante demasiado tiempo, y cuando correrás el riesgo de sufrir un infarto al corazón o un derrame cerebral.
6. Tensión y dolores en los músculos
Ya sabes que el estrés prolongado provoca demasiada adrenalina en la sangre; y que esa adrenalina lo que hace es mantener tu cuerpo en alerta porque cree que hay algún peligro al que debes enfrentarte.
¿Por qué entonces tienes tensión y dolores musculares?
Porque el cuerpo, ante cualquier peligro, lo que hace es tensar y enviar fuerza a todos los músculos para que puedas pelear o salir corriendo frente a ese riesgo.
Aunque una situación de estrés no es en realidad un estado de vida o muerte, tu cerebro cree que sí hay algún peligro, y por eso fabrica más adrenalina, haciendo que tus músculos se tensen demasiado, y te duelan cuando estás más calmado.
7. Dolor de estómago
El estómago, entre otras cosas, está compuesto por un conjunto de microorganismos que se llama microbiota intestinal.
Son microbios que habitan en nuestro intestino, y que tienen funciones muy importantes como ayudarnos a digerir ciertos alimentos que el intestino delgado no puede, producir algunas vitaminas como la B y la K, o regular la función digestiva.
Quien se encarga de mandar órdenes al estómago para que fabrique suficientes de estos microbios es el cerebro.
Y como ya habrás adivinado, si el cerebro está demasiado estresado, se olvidará de dar esa orden, y no crearás suficientes microorganismos para digerir bien la comida que ingieras.
Por eso es por lo que al estar nerviosos nos suele doler la tripa: porque no se están fabricando suficientes microbios que nos ayuden a pasar mejor esos alimentos que son difíciles de digerir.
8. Diarrea y estreñimiento
La diarrea es una de las consecuencias del estrés que está directamente conectada con el anterior punto.
Si nuestro cerebro se encuentra estresado, puede reaccionar de dos maneras:
- Olvidándose de que debe ordenar crear más microbios: esto hará que nos duela el estómago, que no podamos digerir bien lo que tomamos, y causará estreñimiento porque no podremos ir bien al baño.
- Dando múltiples órdenes para crear demasiados microbios: los nervios pueden hacer que el cerebro se vuelva un poco loco, y piense que nuestro cuerpo está en peligro. Y lo que hará será decirle al estómago que produzca más microbios para defender al estómago. Esto en realidad lo que causará es que esos microbios “trituren” demasiado la comida, y nos produzcan diarrea.
9. Cansancio permanente
Si tu cerebro está demasiado estresado intentando luchar con todas esas situaciones que te provocan nervios, tendrás dolores de cabeza frecuentes, no dormirás bien, y eso hará que te sientas todo el día cansado.
Ten mucho cuidado con esta consecuencia porque, aunque ese cansancio suele ser pasajero, si tu ansiedad dura demasiado tiempo, puede convertirse en un problema permanente para toda tu vida.
10. Mayor riesgo de sufrir diabetes
Ante el estrés, el cuerpo comienza a liberar dos tipos de hormonas: la epinefrina y el cortisol. El problema es que estas lo que hacen es mandar órdenes al hígado para que libere más glucosa (azúcar) en sangre.
Y un alto nivel de glucosa de forma constante es la principal razón de que corramos un mayor riesgo de padecer diabetes.
11. Defensas bajas
Producir niveles demasiado altos tanto de adrenalina como de cortisol por culpa del estrés hará que tu organismo no funcione bien, y que tu sistema inmunológico (el que se encarga de crear las defensas) no sepa qué debe hacer.
Se ha demostrado científicamente que las hormonas que segrega el cerebro para combatir la ansiedad intoxican a largo plazo tanto el cerebro como el cuerpo.
Por eso, poco a poco, el sistema inmunológico empieza a fallar, porque no puede defenderse de tantos “ataques” que producen estas hormonas, y entonces la creación de defensas empieza a fallar, haciendo que disminuyan.
12. Mayor riesgo de caer enfermo
Tu sistema inmunológico es el responsable de crear defensas que ataquen a los virus como el de la gripe, la varicela, la gastroenteritis (diarrea), o la fiebre.
Pero si tienes las defensas bajas por culpa del estrés, tu cuerpo no podrá responder adecuadamente a esos ataques, y tendrás un mayor riesgo de caer enfermo.
13. Pérdida de cabello, acné, y piel seca
Es cierto que esta consecuencia del estrés puede parecer superficial; pero recuerda que tu aspecto exterior es un claro reflejo de tu salud interior.
Con los nervios, el cuerpo entero y el cerebro no funcionan bien, las hormonas se vuelven locas, y los órganos empiezan a fallar.
Y por culpa de eso puedes notar que tu pelo se cae mucho más, y que no nacen nuevos cabellos, o que la piel de tu cara se vuelve mucho más seca, o empiezas a tener brotes de acné y granitos por el rostro.
8 consejos para reducir el estrés y evitar sus consecuencias
Ya has visto todas las consecuencias del estrés que hay, y que algunas pueden dar realmente miedo porque ponen seriamente en peligro tu vida.
¡Relájate! Hay algunas cosas que puedes empezar a hacer a partir de ahora para reducir tu ansiedad, y así evitar de forma fácil que los nervios acaben contigo:
- ¡Haz ejercicio! No hay nada mejor que practicar un poco de deporte como spinning para que tus niveles de estrés bajen rápidamente. El ejercicio actúa directamente sobre nuestro cerebro haciendo que liberemos endorfinas, la hormona del bienestar, y consiguiendo mejorar la circulación llevando más oxígeno a la sangre.
Puedes empezar con algunos ejercicios como unas rutas en bicicleta, yendo a nadar, visitando el gimnasio, o simplemente andando un mínimo de 30 minutos cada día. - Practica tu respiración. No hay nada mejor para olvidarse de los problemas y pensar de forma más clara que hacer diferentes ejercicios de respiración que te ayudarán a que tu cuerpo y tu mente estén más tranquilos.
En nuestro artículo 5 ejercicios de respiración para relajarte en 60 segundos encontrarás distintos métodos que puedes practicar en casa, al enfrentarte a situaciones que te pongan nervioso, etc. - Elimina la negatividad de tu vida. Es verdad que muchas veces somos nosotros mismos quienes nos empeñamos en complicar nuestras vidas, y preocuparnos por cosas innecesarias. Pero en muchos otros momentos son las personas o las situaciones que nos rodean quienes no nos lo ponen fácil para vivir más calmados.
En nuestro artículo 8 pasos para eliminar la negatividad de tu vida encontrarás poderosos consejos para lograr deshacerte de todo aquello que no hace bien a tu salud. - ¡Olvídate de la perfección! Hace años, la idea de hacer todo de forma perfecta me obsesionaba, hasta que me di cuenta de que eso sólo me estaba perjudicando seriamente. Si tú también eres así, olvídate de esto, porque la perfección no existe, e intentar alcanzarla sólo te causará nervios y frustración contigo mismo.
Haz las cosas lo mejor que puedas y sobre todo ¡vive el momento! - Lleva una vida saludable. Me imagino que ya sabrás que cosas como fumar, beber alcohol, bebidas azucaradas o café, no comer sano, y estar todo el día sentado mirando la tele no son sanas ni para tu cuerpo, ni para aliviar tu estrés.
¡Así que levántate, sal a andar un poco, y al volver, ve directo a la cocina y prepárate una rica y saludable comida! - No te involucres tanto emocionalmente. Está muy bien que si alguien a quien aprecias y quieres te cuenta sus problemas, seas solidario y te preocupes por esa persona. Pero en otro tipo de situaciones debes evitar involucrarte tanto emocionalmente porque, de lo contrario, sólo lograrás que tus niveles de estrés se disparen.
En ocasiones como ver partidos de fútbol o el final de tu serie favorita debes estar más tranquilo, y no dejar que tus emociones se descontrolen demasiado. - Duerme bien. Si has leído los 13 puntos de arriba, te habrás dado cuenta de lo importante que es dormir bien, ¿verdad? Intenta irte a la cama y despertarte siempre a las mismas horas para no cambiar tus ciclos de sueño, no tomes bebidas con cafeína antes de dormir, y sobre todo ¡deja tus preocupaciones a un lado al meterte entre las sábanas!
- ¡Ríe más! Está demostrado que la risa reduce el estrés porque al hacerlo conseguimos oxigenar mejor los pulmones, fortalecer el corazón, y reduce las hormonas propias del estrés como el cortisol.
Además reír quema un 20% más de calorías que mantener tu cara enfadada. Así que ya sabes, ¡ríe mucho y hazlo bien alto!
La vida a veces puede resultar dura, eso es innegable. Pero muchas veces, somos nosotros mismos quienes nos empeñamos en hacerla aún más complicado.
Sin embargo, en tu mano está evitar todas estas consecuencias del estrés poniendo en práctica los 8 consejos que te he dado para reducir tu ansiedad. Así que no lo dudes, ¡y empieza a vivir desde hoy una vida más tranquila!
Aterradoras! Comenzaré a tomarme más serio mis problemas de estrés porque estos resultados realmente me dieron pánico :S
Tómate la vida con más tranquilidad y ¡verás que no hay nada de qué preocuparse!
a mi me trae stres los problemas financieros.. pero la verdad uno debe de saberlo controlar. porque llegue a un punto que se me descontrolo todo el metabolismo.