Cómo tomar decisiones difíciles cuando nadie te puede ayudar

Publicado el 19-01-2018

El proceso para tomar decisiones nunca es fácil. No importa cuántos trucos tengas bajo la manga, es muy probable que estas decisiones logren quitarte el sueño.

Las grandes decisiones, sin duda alguna, pueden causar un gran estrés en tu vida.

Comprar una casa, casarte (o divorciarte), mudarte a otro país, cambiar de trabajo o simplemente, decidir cuál película ver, todas pueden absorberte de alguna forma.

Si realmente quieres luchar contra ellas, aquí te dejamos algunos trucos que harán el proceso mucho más fácil y te ayudarán a tomar en cuenta todas las posibilidades.

A mí me ayudaron a decidir cuándo y hacia donde quería ir…

 

4 trucos que te ayudarán a tomar decisiones difíciles

 

1. Imagina que estás aconsejando a un amigo

Tomar decisiones difíciles puede llegar a causar estragos en tus emociones y nublar tu mente; esas nubes son las que no te permiten tomar decisiones sólidas y seguras.

Si dejas que las emociones que estás experimentando te dominen, no podrás actuar con claridad.

Imagina que estás aconsejando a un amigo. Cuántas veces aconsejamos a un amigo a la perfección y luego, cuando pasamos por una situación similar… No sabemos siquiera por donde comenzar.

Sin duda alguna,  es una de las mejores ideas para tomar decisiones: imagina que tienes un amigo que está atravesando una situación similar a la tuya y trata de imaginar qué consejo le darías o cómo lo ayudarías a tomar esa difícil decisión.

Debes suponer que estás teniendo una conversación con esa persona, donde le hagas diferentes preguntas, pienses en los riesgos de las decisiones que está por tomar y, ¿por qué no investigar e ir un poco más allá?

Sería de gran ayuda si determinas que está obstaculizando su camino.

Ahora, aplícalo contigo mismo y observa cómo se hace mucho más fácil lo que antes parecía imposible.

Ciertamente, librarse de las emociones no es nada fácil, pero es importante que sepas cómo estas podrían afectar en tus decisiones y aprendas a dominarlas de la mejor manera posible. Vale la pena intentarlo.

 

 

2. Concéntrate en lo que realmente importa

Muchas veces pensamos que mientras más información tengamos, será más fácil tomar la decisión. Pero tu cerebro puede hacerte una mala jugada y hacer que sobrepases los límites.

Cuando tenemos demasiada información, comenzamos a llenar cualquier espacio que tengamos disponible con información que no es relevante, haciendo que sea mucho más confuso el hecho de tomar decisiones difíciles.

La información puede venir de todas partes, tanto de las diferentes opiniones y consejos que tus amigos han emitido sobre el tema o si bien, te has sobrepasado investigando.

Cualquiera que sea tu caso, te estás perjudicando a ti mismo.

En mi caso, llegué a ese punto de sobrecarga de información donde tenía demasiados hechos y opiniones dando vueltas en mi cabeza y volviéndome loco.

Para solucionarlo, deseché todo aquello que no me interesaba y tomé en cuenta las opiniones de amigos en los que realmente confiaba.

También aprendí que las decisiones siempre podrán ser reversibles, no importa que tan grande o pequeña sea. Siempre nos mortificamos, dándole mucha más importancia de la que deberíamos.

Mudarte a otro país es una gran decisión (no cabe duda de eso), pero es reversible y tiene solución en el caso de no ser lo que tu esperabas.

¿O no? Puedes volver a mudarte cuando quieras.

Lo importante es que aprendas a determinar cuáles son las más importantes, para que te centres en ellas y no acumules información innecesaria que podría dificultar aún más el proceso.

 

 

3. Sal de tu zona de confort

Ya mencionamos que pretender que le estás dando consejos a un amigo para tomar decisiones difíciles es una buena idea, pero también puede funcionar hacer algo diferente.

Aunque suene descabellado, somos propensos a tomar siempre las mismas decisiones a lo largo de nuestra vida y muchas veces, la mejor manera de resolver este problema es retándote a ti mismo y hacer exactamente lo contrario a lo que harías normalmente.

La idea de este método es salir de tu zona de confort, desafiarte a ti mismo y a lo que siempre sueles hacer y dejar volar tu imaginación para probar ideas completamente diferentes.

Por ejemplo: si tienes que decidir entre diferentes opciones, agrega una más que sea lo contrario a lo que normalmente escogerías.

Ahora imagina que tu decisión ya está tomada y cómo sería tu vida viviendo de esa forma.

Si se trata de una mudanza, agrega un par de ciudades más donde definitivamente no quisieras vivir y verás que al momento de analizar a fondo tus opciones, tendrás opciones que antes no habías considerado. 

Aunque pienses que podría ser confuso agregar más opciones que no son relevantes, poner en práctica este método obliga a tu cerebro a desafiar lo que antes considerabas importante y a determinar qué es realmente lo que estás buscando.

Como resultado final tendrás un nuevo punto de vista que puede que antes no hayas considerado y que te ayudará a tomar la decisión con mucha más claridad.

 

 

4. Utiliza una hoja de cálculo

A muchas personas les gusta hacer gráficos, y si tu eres una de ellas, una hoja de cálculo podría funcionarte bastante bien a la hora de tomar decisiones.

A mi, por ejemplo, me ayudó a la hora de mudarme y a decidir detalles más pequeños como la compañía que se encargaría de trasladar mis bienes.

Por mi parte, hice dos columnas: una para los pros y otra para los contras, para estudiar un poco más a fondo las ciudades en las que deseaba vivir.

La buena noticia es que no necesitas ser un experto para hacer una de éstas rápidamente y puedes hacerla con el formato que mejor te parezca.

Una simple hoja de cálculo donde determines cuáles son los pro, los contra, las posibilidades, cualidades, etc; puede acercarte mucho a tomar la mejor decisión.

 

 

Todos tenemos conceptos diferentes sobre lo que puede ser una decisión difícil, sin embargo, los trucos anteriores sirve para que cualquier persona se sienta mucho más segura a la hora de atravesar este camino.

No importa el método que escojas, lo importante es que sepas cómo enfrentar esos momentos de la mejor manera para después no arrepentirte (o al menos no tanto).

 

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¿Qué debo hacer para tomar una decisión?

1. Analiza todas las posibles situaciones: es importante que veas las consecuencias desde todos los ángulos para estar preparado para hacerles frente.

2. Enfrenta las consecuencias: el miedo siempre existirá, se trata de saberlo manejar. Imagínate como te sentirías luego de que has tomado la decisión acertada y sigue adelante.

3. Confía en ti mismo: tu intuición podría ayudarte, no solo es cuestión de tiempo para acertar en una decisión.

4. Toma en cuenta lo que sientes: si te sientes feliz y a gusto con la decisión, probablemente sea la correcta. Sin embargo, no te dejes llevar por tus emociones en un 100%, también podrías salir perjudicado.

5. Decídete de verdad: si ya has pensado en la decisión que quieres tomar, no busques excusas y prejuicios que solo te harán desconfiar. Si ya te aferraste a una decisión, mantente ahí. Deja las comparaciones a un lado.

6. No te dejes llevar por las opiniones: la presión social negativa de quienes te rodean podría perjudicarte. Toma en cuenta solo las opiniones positivas y constructivas.

 

¿Cuál es la mejor manera de tomar una decisión?

1. Piensa antes de actuar: no hace falta dar una decisión apresurada. Sin pausa, pero sin prisa.

2. No pierdas tiempo: por muy difícil que se te haga decidir, si ya sabes lo que quieres pues, actúa ahora.

3. Organízate y pon prioridades: planificarte es vital. Debes de saber tus objetivos, tareas por hacer y si es posible, fechas. Así evitarás que, en el caso de ser una decisión errada, te tome por sorpresa.

 

¿Cómo aprender a tomar decisiones en mi vida?

1. Traza metas y objetivos claros: si ya sabes lo que quieres lograr o a dónde quieres llegar, tomar decisiones se hará más fácil.

2. Toma datos: analiza e infórmate acerca de lo que tomar ésa decisión podría traer a tu vida. Pregúntate por qué, cómo, cuándo y todo lo que se te pudiera ocurrir.

3. Ten opciones: evalúa las decisiones que tienes como opción. Comienza a descartar aquellas que no se adapten a tus objetivos, hasta que quedes con dos o tres.

4. Evalúa tu decisión: si tu decisión no cumple con lo que esperabas, busca remediarlo y opta por otra de tus opciones. Todo tiene solución.

 

¿Cómo saber que estoy tomando la decisión correcta?

Tu intuición es un factor clave para saber si es la decisión correcta (o no), así como también si tomaste tu tiempo para pensarlo y si quienes te rodean han expresado apoyo por la decisión; ambas son buena señal. Sin embargo, solo el tiempo determinará de forma certera si realmente fue la decisión correcta.

 

¿Cómo debo tomar las decisiones en mi empresa?

1. Identifica el problema: este es el primero paso. Saber qué ocurre y por qué, te ayudará a saber cuál es la decisión a tomar.

2. Estudia las posibles soluciones: cuando ya sabes el problema, evalúa lo que podrías hacer para solucionarlo. Considerando las consecuencias que podrían traer a tu empresa.

3. Elige la que más le convenga a la empresa: descarta aquellas que no van acorde con los objetivos o que no te permitan solucionar el problema o colaborar con el progreso de la misma.

4. Analiza el resultado: luego de que hayas tomado la decisión, analiza sus consecuencias. Si es necesario, evalúa otras decisiones que pudieras tomar en un futuro para alcanzar el éxito.

 

¿Cómo tomar decisiones en el amor?

1. Tómate el tiempo que necesites: es necesario que tomes todo en cuenta: a ti, a tu pareja y lo que esta decisión podría traer.

2. Siéntete seguro contigo mismo: debes de pensar primero en tu bienestar. Confía en ti y en lo mucho que vales, no te conformes con menos.

3. Habla con un amigo o una amiga: aquellos que ven la situación desde otro punto de vista pueden ayudarte considerablemente a tomar la decisión correcta.

4. Identifica los pro y los contra: ¿Te vas a sentir más feliz? O por el contrario, ¿te sentirás más triste? Recuerda: tu felicidad ante todo.

5. Toma la decisión: escoge aquella que te haga sentir bien y a gusto contigo mismo. Puede ser doloroso en un principio, pero luego te sentirás de maravilla.

¿Cómo puedo tomar mis decisiones personales?

1. Enfócate en tu meta: si no sabes lo que quieres, no sabrás cuál será la mejor decisión. Tener objetivos en tu vida te evitará muchos problemas.

2. Piensa en las consecuencias: cada decisión tendrá un efecto diferente en tu vida, beneficiosos o perjudiciales. Debes de saber cuáles son y decidir tomándolas en cuenta.

3. No te quedes con una sola opción: tener varios caminos para decidir aumenta las posibilidades de acertar. Quédate con aquellas que se adapten a tus metas y consecuencias deseadas.

4. Ten autoridad: si bien, es cierto que las opiniones de amigos y familiares pudieran ayudarte, la decisión debes tomarla tú. Sin importar lo que otros opinen, tú eres quien escoge el rumbo de tu vida.

5. Toma la decisión: tomando en cuenta tus objetivos y lo que realmente quieres, opta por aquella que te haga sentir confiado de lo que estás haciendo.

 

¿Cómo decidir si me cambio de trabajo (o no)?

1. Haz un análisis de la situación: aquí debes tomar en cuenta lo que buscas en otro trabajo, el sueldo que ganas ahora y el que quieres para un futuro, el puesto que tienes y el que deseas, si encajarás o no en el otro trabajo y todo lo que pueda influir.

2. Identifica los pros y los contras: no se trata únicamente de irte de un puesto para comenzar en otro. Se trata de que valoren tu potencial, de tener estabilidad económica, de decidir si prefieres trabajar solo en equipo, etc. Que los pro sean más que los contra a la hora de cambiar de trabajo.

3. Asegúrate de sentirte bien: toma aquella decisión con la que te sientas satisfecho y emocionalmente estable. Aquella que te haga sentir bien y cumpla con tus objetivos.

 

¿Qué factores pudieran intervenir en la toma de mis decisiones?

El miedo al fracaso, los riesgos que pudieras correr, estabilidad del ambiente que te rodea, presión de amigos o familiares, el tiempo que tienes para decidirte, la actitud y aptitud para afrontarlo, experiencias personales (o profesionales) y la creatividad para imaginar cómo sería tu vida al tomar esa decisión son factores que pueden intervenir.

 

¿Cómo ser capaz de tomar decisiones?

Para ser capaz de tomar una decisión deberás dejar el miedo a un lado. Tomar la decisión correcta, donde todas las consecuencias sean positivas, no es fácil. Nadie está exento de cometer errores y equivocarse al decidir. Se trata de que, si eso pasa, tengamos la capacidad de solucionar y seguir adelante.

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