Cómo tener fuerza de voluntad para estudiar (plan de acción)

Publicado el 10-01-2017

¡Cuánto me gustaría tener fuerza de voluntad para cumplir lo que me propongo!

No sé cuántas veces me habré repetido eso durante mis estudios. Siempre intentaba plantearme un método para estudiar poco a poco y sacar las mejores calificaciones, pero nunca lo conseguía.

Hasta que descubrí cómo podía controlar mis impulsos y dejar de perder mi tiempo. Si quería ser alguien en la vida era la única manera que tenía de lograr alcanzar las metas que me proponía.

Todos tenemos sueños y ganas de hacer cosas, pero cuando requieren de disciplina, todo cambia. No hay muchas personas que estén dispuestas a sacrificar un poco de su presente por un futuro mejor.

¿Te ha pasado esto alguna vez?. Sí es así, entonces has llegado al lugar perfecto. Voy a contarte cómo tener la fuerza de voluntad necesaria para estudiar de forma fácil y pasar el curso sin problemas.

Notarás los resultados desde el primer día. Empezarás a terminar las cosas a tiempo y a disfrutar más de tu tiempo libre. La mente es un músculo más y que tienes que fortalecerlo progresivamente.

 

Claves para tener fuerza de voluntad

Son cuatro palabras clave que, combinadas con las acciones siguientes, te darán la mentalidad que necesitas para estudiar y aprobar: acepta, ten voluntad, esfuérzate y sé constante.

Si logras entender la importancia de esos conceptos y los pones en práctica, tendrás todo bajo control. Y créeme, con las siguientes recomendaciones será muy sencillo.

 

1. Conócete y analiza qué estás haciendo

La peor sensación que puedes tener y que te hará perder la fuerza de voluntad, es estudiar de forma automática, sin ningún tipo de organización ni claridad en lo que estás haciendo.

Es muy importante que hagas todo lo posible por conocerte y evaluar por qué estás estudiando. ¿Qué es lo que buscas conseguir y cuáles son los beneficios presentes o futuros?.

Escribe una lista con los pros y contras. Ten muy claras las ventajas y busca motivos que te inspiren lo suficiente para sacrificar algunos placeres inmediatos (como salir de fiesta o dormir un poco más).

Busca cuáles son tus patrones de comportamiento cuando estudias determinadas materias. Acepta el reto que supone e ilusiónate con todo lo que vas conseguir. Toma tiempo para este primer paso.

 

 

2. Actúa y estudia por objetivos

Si ya tienes claro qué es lo que tienes que hacer y cómo vas a conseguirlo, es momento de actuar. Lo último que puedes hacer es quedarte parado esperando que la solución venga por si sola.

La fuerza de voluntad no es algo que aparece por arte de magia, tienes que trabajarla y mucho. Un buen truco para ello es ponerte objetivos parciales e ir cumpliéndolos poco a poco.

No intentes ponerte metas muy ambiciosas. Planea tu tiempo en pequeños periodos y regálate recompensas que te incentiven a seguir cumpliendo objetivos.

Esas mini recompensas funcionan muy bien cuando estás estudiando temarios demasiado extensos. ¿Ya conoces la técnica pomodoro?. Consiste en un método para administrar el tiempo por breves periodos.

Divide tu estudio en periodos de 25 minutos y haz una breve pausa entre cada uno de ellos. Tu cerebro se recuperará, tu atención incrementará y serás más eficaz.

 

 

3. Elimina lo que te aburre

Si descubres qué es lo que produce que pierdas tu concentración y le pones remedio, tendrás medio problema resuelto.

Luego tienes que sustituirlo por otros hábitos que vayan a ser positivos. Elimina todos los comportamientos impulsivos y sé consciente de que vas a tener que hacer algunos cambios.

Consejo: empieza a hacer lo que más te gusta al inicio del estudio. Cuando lo hayas acabado prémiate por el buen trabajo y empieza con lo que no te entusiasma tanto. Te será mucho más fácil de completar.

 

 

4. Cuida tu cuerpo y tu mente

La relación que existe entre el cuerpo y la mente es más poderosa de lo que imaginas. Si cuidas tu estado físico y de salud, tu mente estará funcionando a pleno rendimiento.

Evita saltarte comidas, toma una alimentación sana y duerme mínimo 6 horas al día. Menos de eso es muy negativo para tu salud y tus estudios.

También elimina las bebidas estimulantes como el café u otras bebidas energéticas. A largo plazo destruirán tu capacidad de concentración.

No te castigues si no cumples tus metas en el plazo que te has marcado. La motivación se cultiva y el desarrollo se irá dando poco a poco. Yo también estuve dónde tú estás ahora.

 

 

5. Haz un diario de auto-evaluación

Desde el inicio comienza a anotar todos los cambios y la evolución que estás sufriendo en los meses de estudio. De esta forma conseguirás recopilar datos y ser más consciente de tu evolución.

El diario puede ser todo lo detallado que quieras. Lo mejor es que la auto-evalucación la hagas de forma semanal. Anota tu nivel de concentración, tus progresos y tu estado de ánimo.

Puedes hacer pequeñas pruebas para comprobar cómo tu fuerza de voluntad ha mejorado y como ahora retienes los conocimientos de una manera más fluida.

Al escribir este diario te será más fácil recordar cuál fue tu motivación inicial. Es muy bueno tener presentes los motivos que te hicieron decidir estudiar y luchar por conseguir tus metas.

 

 

6. Elimina distracciones

Las distracciones son un arma de doble filo. Aunque al inicio te ofrezcan una breve sensación de placer, luego te darás cuenta de que no has estudiado lo que deberías y te agobiarás.

El agobio te llevará a una situación de estrés y así es imposible que puedas estudiar de forma correcta. Aunque eso ocurra en algún momento, no te dejes desanimar. A todos nos ha pasado alguna vez.

La solución definitiva: elimina radicalmente todas las distracciones innecesarias. Nada de televisión, teléfono móvil, redes sociales o personas que hablen a tu alrededor.

Puedes usar RescueTime para saber en qué pierdes tu tiempo en el ordenador. Si lo que te interesa es bloquear las redes sociales, usa la aplicación Freedom para eliminar todo aquello que no es necesario.

 

 

7. No lo estés sólo, hazlo con amigos

Si sientes que no eres capaz de conseguir tus objetivos en la soledad de tu habitación, lo mejor es que busques a compañeros de estudios y lo hagáis todos juntos en un lugar relajado.

Se suele decir que la unión hace la fuerza y en estos casos de productividad es muy cierto. Si os proponéis estudiar un determinado número de horas diarias, todo será más divertido.

Estarás más relajado, tendrás ayuda de amigos que pueden resolverte algunas dudas durante el estudio y conocerás a personas que tienen los mismos objetivos en la vida.

Pero cuidado con las distracciones. Tenéis que marcaros objetivos reales y diarios. Poned la regla de no romper el silencio y dejar un tiempo para la resolución de dudas al final de cada sesión de estudio.

 

 

Ya sabes como mejorar tu concentración y tener más fuerza de voluntad para estudiar con fuerza. ¿Me cuentas en los comentarios cómo lo estás haciendo?, ¡me encantaría ayudarte más!.