Cómo tomar la decisión correcta sobre dejar tu trabajo o continuar en él
Publicado el 23-02-2018Muchas personas se pasan la mayor parte del día trabajando y cuando llegan a casa se sienten vacíos. Se preguntan si eso les hace feliz o si hay otro trabajo que les haga sentir más plenos. Hoy, David Muela, en este artículo invitado, te dará algunos consejos para tomar mejores decisiones sin que después te arrepientas.
¿Tienes últimamente el dilema que te ronda por la cabeza de si me quedo en mi empresa o me planteo cambiar de trabajo?
¿Sientes que algo no va bien, pero no sabes si es culpa del estrés empresarial que estamos padeciendo por esta crisis de la que no terminamos de salir?
No hace falta que te diga los varapalos que hemos sufrido tanto los trabajadores como las empresas para poder subsistir estos años de sequía.
Sin embargo, creo que algunos puntos son excusas que la empresa nos plantea, culpa de tener unos estándares bajos hacia el trabajador, que no dependen en ningún momento de si hay crisis, la subida del petróleo, la nueva película de La guerra de las galaxias o si actualmente se llevan las rayas y no los puntos, je, je, je.
Si me lo permites, quiero, antes de que tomes esta decisión tan importante en tu vida, darte algunas opciones o condiciones que quizás tienes que cumplir para sentirte realizado en tu puesto de trabajo.
5 condicionantes que te ayudarán en tu decisión
Estos condicionantes o puntos que toda empresa, por decirlo de alguna forma, tiene que dar hacia el trabajador los comenta Stephen R. Covey (autor del bestseller 7 hábitos de la gente altamente efectiva) en su libro 8º hábito.
El autor hace una similitud entre el cuerpo humano y las partes que tiene que cubrir la empresa para que tú te sientas realizado y puedas desarrollar todo tu potencial para no cambiar de trabajo.
Estos 5 puntos los probó en más de 2000 empresas en las que notaba que los trabajadores no se sentían plenamente dentro de dicha corporación por lo que, si me lo permites, pasaré a contarte en qué consisten estos puntos tan importantes.
1. Tener un buen sueldo
La parte que hace de analogía es el cuerpo completo con la retribución que tenemos en nuestro puesto de trabajo.
Si lees esta entrada y tienes la sensación de que estás bien pagado, ¡genial! Ya tienes el primer punto positivo hacia tu empresa.
Si, por el contrario, crees que no cubre tus expectativas y no te pagan lo que tú crees que deberías cobrar, entonces es el primer detonante para plantearte cambiar de trabajo.
2. Tener un buen ambiente laboral
Vamos a por el segundo punto importantísimo.
Me refiero a la similitud que Stephen Covey hace entre el corazón del cuerpo humano y la empresa (sea del sector que sea).
El corazón hace referencia al buen rollo que puedas tener dentro de tu empresa.
Si te llevas bien con los compañeros, tus jefes no tiran a la mínima de galones para tratarte de forma autoritaria y no sientes que el buitre del despido revolotea por encima de ti, quizás este punto también lo cumpla tu empresa.
La verdad es que de forma subjetiva pienso que más del 50% de las empresas dicen “yo aquí me apeo que esta es mi parada”, je, je, je.
Si no cumple este requisito, otro negativo más para tu empresa y un indicador más que puedes tener para cambiar de trabajo.
3. Sentir que tienen en cuenta tu creatividad y tus talentos
Ya este punto no lo pasa el 80% de las empresas españolas.
De acuerdo que algunas veces esto no puede realizarse como es en empresas que son muy verticales (un ejemplo es una cadena de montaje).
Sin embargo, el problema es que casi nadie lo hace aunque sea una pequeña pyme de 5 trabajadores y ahí sí está el problema.
¿No tienes la sensación alguna vez de preguntarte que si te piden tal titulación y no sé cuántos años de experiencia cómo es posible que seas el que menos pinta y no tiene ni voz ni voto en la empresa?
La idea es clara: si tienes la sensación de que no vas a progresar mucho, si no tienen en cuenta lo que tú sabes, si crees que tienes más cualificación y que no aprovechan tus talentos, habilidades y tiene pinta de que en largo no vaya a cambiar, es muy probable que acabes quemándote.
Otra cosa que te pueda ocurrir es que al tener bastantes habilidades y si la cualificación del puesto es baja, lo normal es que acabes aburriéndote e incluso que sientas desidia.
Este punto, a mi entender, es el segundo más importante después del punto siguiente por lo que creo que si no lo cumple tu empresa deberías plantearte ponerle dos negativos.
4. Sentir que tus valores e ideales van acorde con los valores de la empresa
Estos dos puntos seguidos son subpuntos de un punto mayor que es el de alimentar el alma dentro de nuestro puesto de trabajo, pero yo lo he dividido en dos.
Tienen que ver con la realización personal, pero no tienen mucho más que ver uno con otro.
Si has llegado hasta aquí sin ningún negativo (aunque permíteme que lo dude al no ser que hallas montado una empresa tú), entonces casi sin pensártelo deberías quedarte en tu puesto de trabajo.
A mí este punto me parece el más importante de todos ya que los valores de la empresa deben estar equilibrados con los tuyos.
El problema de las personas de a pie es que nunca tenemos tiempo de cuestionarnos las cosas al no ser que vayamos a un profesional como es un coach personal y que nos haga plantearnos cosas como cambiar de trabajo.
Los valores son esas cosas invisibles que no podemos ver, sin embargo, son esas cosas por las que cada vez que hacemos una tarea nos cuesta más o menos, según nuestros valores.
Te pongo un ejemplo, si tú no eres consciente de que para ti la justicia es uno de los valores más importantes y eres vendedor y sabes que tu producto no es bueno, es muy probable que tu subconsciente sienta que tú no eres así.
Si la empresa te presiona porque tienes que llegar a unos mínimos al final del mes, pero por otro lado sabes que lo que vendes no es de buena calidad, cada vez que tengas que coger el teléfono vas a echar sudor frío por tu frente.
5. Seguir el camino
¿Qué ocurre si sigues este camino por necesidad?
Pues que cada vez te costará más y más ir al trabajo e incluso puedes aparentar enfermedades con tal de no enfrentarte a lo que los psicólogos llamamos estímulos aversivos.
Saber que lo que haces tiene un sentido
A la gran mayoría de las personas, desde que somos chiquititos y perseguimos a nuestros padres con nuestros porqués, nos encanta encontrar el sentido de las cosas.
Si te encuentras en una cadena de montaje en la que siempre haces las mismas operaciones, pero no eres consciente de lo que estás produciendo, es muy probable que, como en otros puntos anteriores, acabes quemándote.
¿Por qué? Por esto mismo que vuelves a hacer. Porque nos encanta conocer el proceso y darle un significado a lo que hacemos.
Además, si encima somos conscientes de que lo que hacemos es un bien para la sociedad, todavía con mayor motivo.
No lo dudes y plantéate todos estos puntos para saber si cambiar de trabajo o mantenerlo.
¿Cuándo debo quedarme en mi empresa?
Si has llegado hasta este punto, es síntoma de que algo te ronda por la cabeza.
Me refiero a que te has planteado cambiar de trabajo e incluso de sector porque por lo que sea piensas que ahora está algo más flojo.
Como buen coach yo no te puedo decir qué debes hacer.
Ese recorrido lo tienes que hacer tú (obviamente si contratas a un coach, te ayudará en tu proceso y a que tomes una decisión), pero sí debes sopesar pros y contras que tiene cada opción.
Quiero decir que si has sopesado los puntos anteriores y se cumplen todos de forma positiva a mi entender no deberías dejar ese puesto.
Si crees que por lo menos los dos puntos más importantes, como son tus valores y el que puedas desarrollar tus talentos, los tienes cubiertos, es también un punto bastante positivo que muchos trabajadores no tienen.
La decisión es tuya, tienes que plantearte cuál es la causa por la que estás pensando cambiarte de empresa.
Tomar una decisión
Quizás la retribución es insuficiente, te cambias de ciudad en la que vas a vivir de forma voluntaria o forzosa, o el ambiente empieza a ponerse enrarecido y ya no es lo que era.
Cambiar de trabajo es una decisión importante la que debes meditar porque estamos 40% de nuestra vida dentro de esas 4 paredes. Como ves, no es moco de pavo.
Si crees que la balanza se va cayendo a que la opción es cambiar de trabajo porque no se cumplen los 5 puntos anteriores, te voy a explicar qué puede ocurrirte si necesitas dar el salto, pero no lo haces por miedo a salir de tu zona de confort.
¿Qué pasa si quiero cambiar de trabajo pero me cuesta?
Necesito que te grabes una frase a fuego que a mí me ha cambiado la vida.
Es super sencilla, pero muy clarificadora para mí: “Tanto si haces como si no haces en realidad estás tomando una acción“.
¿Lo has meditado un poco? Todo, y digo todo, lo que hacemos o dejamos de hacer son decisiones que tomamos.
Si piensas que tienes que cambiar de trabajo, pero no lo haces, para tu subconsciente es que no has cambiado y por lo tanto es una decisión.
De ahí parte el sufrimiento y es cuando lo que tienes no se corresponde con lo que deseas.
Si dejas de hacer por miedo a salir de tu zona de confort porque “mira la que está cayendo fuera”, tal vez, y digo tal vez, empieces a sentir los síndromes que te explico a continuación.
Síndrome de burnout
Es un síndrome que encontró en voluntarios en 1974 Herbert Freudenberger y que con el tiempo otros investigadores catalogaron como el síndrome de burnout o síndrome de estar quemado en el puesto de trabajo.
Síndrome de estar quemado en el trabajo
¿En qué consiste?
Pues prácticamente que cuando te empiezas a quemar, en 3 dimensiones empiezas a notar diferencias laborales: agotamiento emocional, despersonalización (es cuando te dan igual ya clientes, compañeros y jefes) y baja realización personal.
Si sigues aunque empiezas a notar que estas cosas te están ocurriendo, entonces es cuando pueden venir los síntomas tanto físicos como psíquicos:
- Pérdida de peso, fatiga crónica, insomnio o dolores de cabeza pueden ser síntomas físicos.
- Depresión, estrés, ansiedad o distanciamiento afectivo pueden ser síntomas emocionales.
- Hostilidad, sarcasmo, apatía o aislarte pueden ser síntomas conductuales.
Como estás viendo, ya no es negociable cambiar de trabajo, más bien es una obligación, ya que puedas tener secuelas bastante serias a la hora de ir a trabajar.
No te incito a que dejes tu trabajo, te incito a que tomes decisiones conscientes, porque en nuestro día a día solemos decidir por miedo.
Parálisis por análisis
Para mí esta máxima es lo que pienso y lo que te tiene que quedar claro: “más vale pocos pasos y con confianza que dar palos de ciego y poner en juego toda tu autoestima“.
Como te he explicado, todo lo que hacemos y dejamos de hacer en realidad tiene repercusión por el efecto acción-reacción o, dicho de otra forma, por la causa-efecto.
Piénsalo detenidamente, es como algunas veces la ONU que no ha hecho nada si no ha tenido repercusiones internacionales, pues lo mismo ocurre con tu organismo.
En esta entrada sobre parálisis por análisis te lo explico con más detalle, pero repercute en que cada vez tendrás más miedos, anulas tu potencial creativo, reduces tu autoestima al sentirte que no puedes cambiar e incluso reduces tu autoconfianza al pensar que no se te da bien.
¿Por qué? Porque cuando tomamos una decisión, sea la que sea (que ya te digo yo que casi el 90% de ellas son emocionales), no la meditamos mucho.
Es decir, lo hacemos casi de forma automática, pero luego racionalizamos el resultado de nuestra elección y si no es así, explícame las veces que has comprado algo que luego no has vuelto a utilizar.
Descripción del autor: David Muela es graduado en Psicología, experto en Psicología Deportiva y tiene dos formaciones como coach (coach estratégico y life coach). Puedes seguirle en estas redes sociales: Facebook y Twitter.