7 consejos para jóvenes que tienen miedo al futuro

Publicado el 11-11-2015

Cuando tenía 16 años, había una frase que los que estaban alrededor de mí me repetían casi a diario: no sabes la suerte que tienes, eres joven, ¡tienes toda la vida por delante!

Lo que ellos no sabían es que esa “vida por delante” en realidad era una maldición.

Cuando eres joven, tienes todo a tus pies: puedes estudiar lo que quieras, pensar en qué te gustaría trabajar, qué tipo de familia quieres crear…

Pero para mí, ese futuro que me esperaba también me trajo preguntas que me provocaron más ansiedad y miedo que felicidad.

Vale. Tengo toda la vida por delante. Pero ¿qué voy a hacer con ella? ¿Qué quiero ser, a qué me quiero dedicar? Si decido hacer esto, ¿será una buena elección? ¿Y si no soy feliz pasado un tiempo?

Hoy en día es aún peor; con la crisis económica que parece que nunca va a terminar, muchos chicos y chicas jóvenes que conozco me hacen preguntas que son como un puñetazo en el estómago.

 

Andrés, tengo 18 años y no sé qué hacer con mi vida. No sé si seguir estudiando o no. Si no hay trabajo para los demás, ¿cómo lo va a haber para mí? Me da miedo mi futuro porque parece que todo va a peor y que no existe ninguna solución…

 

Si tú – tengas la edad que tengas – también sientes lo mismo, quiero decirte que no estás solo o sola. Hay miles de personas que cada día se preguntan lo mismo.

Por eso he querido hacer este artículo con 9 consejos para jóvenes que se sienten perdidos y que les ayudarán a motivarse cuando más lo necesiten.

 

1. Sé bueno en algo

No tienes un trabajo, ni nada en lo que ocupar tu tiempo. El abanico de posibilidades es infinito, y eso da miedo. Pero también es una ventaja.

Míralo por el lado positivo: tu horario está abierto para cualquier cosa que desees hacer.

Y la mejor forma de aprovecharte de eso es encontrar algo que te guste, y mejorar en ello hasta que seas realmente bueno.

La buena noticia es que no importa lo que elijas.

 

 

Si eliges ser bueno en diseñar ropa, trabajas dos años en ello, y luego descubres que lo odias, ¡siempre puedes cambiar a otra cosa!

Muchas veces nos obsesionamos con el tiempo cuando en realidad no es un asunto tan importante. Invertir tiempo en aprender nuevos talentos y mejorarlos nunca es una pérdida de tiempo.

Esas habilidades siempre podrás aplicarlas a otras profesiones y un día, cuando menos te lo esperes, darás con aquello que te apasiona y que desearás seguir haciendo hasta que tengas 90 años.

Si te pasas día tras día pensando qué puedes hacer, si serás feliz o no con eso en el futuro, nunca te moverás del mismo sitio en el que estás.

Probar nuevas cosas es la única manera de encontrar lo que realmente te apasiona y ver qué es lo que odias o no te gusta.

 

2. El dolor es parte del crecimiento

Este consejo quizás no te guste, y muy pocos se atreverán a decírtelo. Pero debes aceptar que el dolor es parte del crecimiento de cada persona.

A veces, la vida cierra puertas porque es hora de seguir adelante.

Pero eso es algo bueno porque las personas normalmente no nos movemos a menos que las circunstancias nos fuercen a hacerlo.

 

 

En épocas difíciles, recuérdate que el dolor siempre tiene un propósito. Aléjate de lo que te hace daño, pero nunca olvides lo que ese dolor te ha enseñado.

Cualquier gran éxito requiere algo de sacrificio o sufrimiento para llegar a la meta. Las cosas buenas no pasan de la noche a la mañana: hay que ser paciente y positivo.

Al final, si trabajas duro en algo, la recompensa llegará.

Recuerda que hay dos tipos de sufrimientos: el que te hace daño y el que cambia tu vida. Y puedes dejarte llevar por ellos, o aprender de ellos y seguir adelante.

 

3. En la vida, todo es temporal

Cada vez que llueve, luego sale el sol. Cuando te hacen daño, al final acabas curándote. Después de la noche oscura, amanece un nuevo día con sol.

Nada es eterno, pero muchas veces elegimos creer que la noche durará para siempre. Pero no es verdad.

Si ahora estás en un momento bueno de tu vida, disfrútalo, porque no durará para siempre. Y si estás en una mala época, no te preocupes: tampoco durará para siempre.

Que la vida no sea fácil ahora mismo no significa que no puedas reír.

 

 

Cada momento nos da un nuevo comienzo y un nuevo final. Siempre hay una segunda oportunidad.

Lo único que debes hacer es agarrarla cuando pase delante de ti y aprovecharla al máximo.

 

4. Preocuparte y quejarte no cambia nada

¿Te preocupa el futuro? ¿No sabes qué hacer con tu vida? ¿Piensas que si fueras más mayor, o que si hubieses nacido en otro país o en otra familia todo sería mejor?

Siento decirte esto, pero si en vez de estar pensando y quejándote a todas horas, hicieses algo, ya habrías conseguido muchas más cosas de las que imaginas.

No pasa nada si intentas algo y pierdes. Es peor cuando no haces nada y te quejas de ello.

 

 

Si realmente crees en algo, sigue intentándolo. Si no sabes qué hacer, toma acción para averigüarlo. Pero no te quedes ahí parado.

 

No dejes que las sombras del pasado oscurezcan la puerta a tu futuro.

 

Pasar hoy el día quejándote por lo que pasó ayer no hará que el mañana sea más brillante. Muévete. Usa lo aprendido para mejorar tu vida. Haz un cambio y nunca mires atrás.

Pase lo que pase más adelante, recuerda que la verdadera felicidad sólo te llegará cuando dejes de quejarte por los problemas que tienes y empieces a dar las gracias por aquellos problemas que no tienes.

 

5. Olvídate de lo que piensan los demás

Este es uno de los consejos para jóvenes que yo debería haber puesto en práctica mucho antes: lo que los demás piensen o digan de ti debe importarte un carajo.

Cuando llegas a una cierta edad, parece que todo el mundo tiene derecho a decirte qué debes y qué no debes hacer.

Es mejor que estudies esto, deberías trabajar aquí, esa chica no te conviene, poner ese negocio es una pérdida de dinero…

No dejes que nadie tome decisiones por ti. Eres tú quien vivirá con lo que elijas, no los demás.

 

 

Cuando te sientes perdido y no sabes qué hacer, es muy fácil dejarte llevar por otros y hacer caso de las decisiones que toman por ti.

¿Tienes 22 años y quieres estudiar arqueología porque Indiana Jones es tu ídolo? ¡Hazlo! Lo que digan los demás no importa, es tu sueño, ¡no el suyo!

¿Tienes 18 años y quieres empezar un negocio de cupcakes para cumpleaños de mascotas? Aunque te digan que es una locura, no les escuches. Haz lo que tu corazón te dicte y guíate por él, no por lo que quieren los demás para ti.

Cuando la gente te dice qué hacer o qué no hacer, raramente es por tu bien. Más bien lo hacen por ellos mismos, para que las decisiones que tomes les beneficien.

 

6. Lo que tenga que ser, será

La verdadera fortaleza se encuentra cuando sólo tienes ganas de llorar y de quejarte, pero en vez de eso, decides sonreír y apreciar lo que tienes en tu vida.

Cuando nos preocupamos por el futuro (sobre todo los jóvenes), a lo que más miedo tenemos es a los problemas que se nos presentarán y las decisiones que deberemos tomar.

Pero de lo que no nos damos cuenta es de que en cada obstáculo al que nos enfrentamos, hay una bendición. Pero debes estar dispuesto a abrir tu corazón y tu mente para verlo.

Debes aceptar las cosas como son. No puedes forzar que algo pase; así solo conseguirás volverte loco.

Deja que las cosas pasen y que lo que tenga que ser, sea.

 

 

Al final, amar tu vida es confiar en tu intuición, tomar decisiones y oportunidades, apreciar los recuerdos, y aprender a través de la experiencia.

La vida es un largo viaje en el que necesitas dejar de preocuparte, preguntarte, y dudar de cada paso que des.

Ríete de la confusión, vive el momento, y disfruta tu vida según se desarrolla.

Quizás no acabes exactamente en el lugar que tenías pensado, pero al final conseguirás llegar a donde necesitas.

 

7. Lo mejor que puedes hacer es seguir adelante

No tengas miedo de volver atrás: intentarlo otra vez, amar de nuevo, vivir y soñar una vez más.

No dejes que una dura lección endurezca tu corazón. Las mejores lecciones de la vida suelen ser aquellas que aprendemos en los peores momentos y de los peores errores.

Habrá épocas en las que te parecerá que todo lo que puede ir mal, va mal. Y que estás atrapado en ese momento para siempre. Pero no es así.

Cuando te sientas confundido sin saber qué hacer, o queriendo rendirte, recuerda que a veces las cosas deben ir mal antes de salir bien.

A veces, tienes que atravesar lo peor para llegar hasta lo mejor.

 

 

La vida es dura, pero tú eres mucho más fuerte. Encuentra tu fortaleza para reír cada día; el coraje para sentirte diferente a los demás. Encuéntralo en tu corazón para hacer sonreír también a otros.

No te estreses por cosas que no puedes cambiar. Habla siempre con la verdad y trabaja duro para conseguir ser quien quieres ser.

Y cuando te caigas, levántate y sigue adelante. Sigue creciendo.

 

¿Cuál de estos 7 consejos para jóvenes es el que más te impactó? Déjame un comentario aquí abajo para saber qué piensas sobre esto.