25 trucos que NO conoces para ahorrar dinero en casa 😊

Publicado el 21-01-2019Montos de monedas al lado de la una casa de madera

No es un secreto para nadie que todos pensamos siempre en ganar más dinero cada día para tener la tranquilidad de poder pagar nuestras facturas a fin de mes, y si sobra algo, comprarnos algún caprichito.

Pero aunque es bueno ser ambicioso hasta cierto grado y aspirar a tener un buen salario en nuestro trabajo o simplemente una fuente de ingreso que nos dé y produzca bastante dinero, lo cierto es que hay formas más simples de conseguirlo al final del mes.

¿Qué método es ese? Fácil: ahorrando, y no me refiero solamente a guardar un porcentaje de tus ganancias todos los meses en el cochinito de tu escondite secreto, sino dejando de gastar en exceso en cosas o servicios que no son necesarias o puedes tenerlas sin necesidad de gastar tanto.

Por ejemplo, podrías comenzar con ahorrar dinero en tu casa.

Por eso quiero compartir contigo los 25 trucos que utilizo todo el tiempo para así gastar menos y con los que he conseguido ahorrar más de $7.923 en un año en mi casa.

 

Cómo ahorrar dinero en casa: 25 trucos infalibles

 

1. Revisa tus facturas y saca un total

Si quieres comenzar bien y ahorrar lo más posible en tu casa para ver dinero extra al final del mes, empieza por saber con exactitud cuánto gastas en total.

Una muy mala costumbre de las personas es tomar las facturas de los servicios básicos, supermercado o cualquier gasto que hacen (en este caso, para la casa), y las tiran apenas salir del lugar o simplemente la guardan en sus bolsillos y se olvidan de revisarlas o de que siquiera existen.

Este es el peor de los errores que puedes cometer ya que es imposible que lleves al menos un estimado de lo que has gastado y estoy segura de que en algún momento has entrado a tu cuenta bancaria y te preguntaste “¿en qué gaste estos $20?”.

Por eso, comencemos por quitarte ese mal hábito y todas las facturas que tengas de gastos del hogar ponlas de un lado y las demás colócalas en el lado opuesto.

Si no tienes ninguna factura o te faltan las de algunos servicios y productos que compraste, entonces la próxima vez que debas pagarlos tomarás todos los recibos y los guardarás en un sitio de tu casa.

Al final, te sentarás con ellos en la mesa a revisarlos.

La idea es que además de ver cuánto gastaste, es que veas por qué pagaste esa cantidad. Por ejemplo, en un recibo de luz puedes ver la cantidad de energía que consumiste durante el mes y lo que te llevó a pagar ese monto. De esta manera tendrás un control tanto en lo que consumes, como en cuánto podrías ahorrar sabiéndolo.

Una vez hayas revisado con cuidado cada factura, saca el total y anótalo en un cuaderno que sea expresamente para ello y proponte al mes siguiente gastar menos de eso en los gastos fijos como los servicios y productos de necesidad.

 

 

2. Dí NO a la luz cálida y SÍ a los bombillos ahorradores

¿Sabías que los bombillos de luz cálida, o luz amarilla como posiblemente los conoces, consumen la misma cantidad de energía que una secadora usada por una hora, si se dejan mucho tiempo encendidos?

Desde que era pequeña, mi papá ha sido un ahorrador de energía al mil porciento. Así que no te sorprendas cuando te digo que todos los bombillos que se utilizan en casa son ahorradores. Y mi departamento no es la excepción.

Cuando decidí mudarme por mi cuenta y rentar el apartamento en el que vivo actualmente, lo primero que me dije que reemplazaría eran los bombillos normales que consumen muchísima energía.

Ahora, seguramente debes pensar que tampoco debe ser mucha diferencia entre el consumo, pero lo cierto es que con bombillos ahorradores se puede consumir entre 70-80% menos de electricidad.

Muchos amigos no me creían cuando les insistía que debían comprarlos y dejar de utilizar luz cálida en sus hogares, pero todo cambió cuando les mostré mi recibo de luz y lo comparé con el de ellos.

Mientras ellos pagaban casi $30 en electricidad, yo sólo gastaba la mitad de eso y a veces incluso menos.

Los bombillos ahorradores son más costosos que los normales y es el motivo principal por la que la mayoría no se anima a comprarlos cuando los ven al lado de los de luz cálida.

Lo que no saben es que, aunque sí son un poco más caros, la diferencia tampoco es del cielo a la tierra y estamos hablando de apenas un par de dólares demás por bombillo. Sin embargo, recuperas la inversión que hiciste en ellos al momento de pagar la factura de luz.

Además de que los bombillos normales suelen quemarse en cuestión de un mes o dos como máximo, a mí incluso se me han dañado a la semana las pocas veces que he tenido que utilizar uno.

Mientras que un bombillo ahorrador podría durar hasta un año y si llegan a dañarse no tienes que tirarlos a la basura inmediatamente ya que se pueden reparar en algunos casos.

 

 

3. Planifica el menú de la semana

Cuando se trata de comer, no hay nada más económica que hacerlo en casa y preparando tu propia comida.

En lugar de comprar una ensalada para una persona en el restaurante cerca de tu trabajo, podrías utilizar esa misma cantidad de dinero o incluso menos para comprar los ingredientes y hacerte una ración para toda la semana.

Gastamos mucho dinero comiendo en la calle, ya sea en un puesto ambulante o en nuestro restaurante favorito. incluso pidiendo comida a domicilio, todo lleva al mismo resultado: se gasta más dinero del necesario.

Así que intenta dejar un poco la tentación y en especial, pon la flojera de lado y prepara tus tres comidas o más en casa.

Los alimentos que puedes comprar para toda la semana no te harán gastar tanto como comer 3 veces en la calle y estarás comiendo más sano.

Ahora, sabiendo esto, el punto más importante a la hora de cocinar en casa es que planifiques bien tus comidas.

Siempre y a todos nos ha pasado al menos una vez en la verdad, perdemos alimentos en la nevera o alacenas por no utilizarlos.

Por eso te digo, ve todo lo que tienes a la mano y crea un menú que comprenda todos los alimentos que hay en tu nevera y despensa, de esta manera utilizarás todo y no perderás ni un sólo centavo de lo que compraste.

Viéndolo desde otro punto de vista, esto también te ayudará a ahorrar el tiempo que inviertes todos los días a la hora de la comida pensando mientras ves la nevera, “¿qué debería cocinar?”.

 

 

4. Compra electrodomésticos eficientes

He escuchado a muchas personas mientras estoy haciendo mis compras o me paso por algún sitio de electrónica diciendo que su nevera o congeladores es lo que más consume energía en su casa.

Si tu caso es el mismo, déjame decirte que no necesariamente tus electrodomésticos deben consumir mucha energía.

Las casas y apartamentos nuevos suelen venir amueblados y con todos sus utensilios, incluso los que han tenido dueños anteriores se encuentran equipados.

El gran detalle es que nadie se fija al momento de comprar o rentar un lugar cuánta energía consumen los electrodomésticos.

Muchos de ellos no tienen un margen de consumo, lo que produce que la energía que utilicen sea mucha más de la normal y son la razón de que tus facturas de luz se disparen por el cielo.

Sin embargo, los electrodomésticos se dividen en varias clases, siendo las Triple A las mejor en cuanto ahorro de energía ya que, una nevera por ejemplo, tiene un consumo promedio anual de energía estipulado y que equivale sólo a un mes de una de clase baja.

Por supuesto, estos electrodomésticos son más costosos, pero te permitirían ahorrar mucho dinero nada más en electricidad durante todos los años que dure y ambos sabemos que los electrodomésticos pueden durar más de 10 años y solemos reemplazarlos sólo porque queremos hacer un cambio muchas veces innecesarios.

Entiendo que si bien es una solución fácil, la parte difícil es tener el dinero para poder renovar los equipos que tenemos en casa, pero cuando llegue el momento, es mejor que ahorres un poco más para poder comprar uno eficiente que sólo el de la puerta bonita y que fácilmente puede hacer que dejes tu salario en la factura de luz.

 

 

5. Gasta menos en gasolina

La inversión que hacemos para poder comprar un auto sin duda alguna vale la penas, incluso cuando algunos hemos tenido que endeudarnos para lograrlo.

Pero aunque es bastante provechoso y facilita nuestra vida de muchas formas, también representa un gran gasto cuando tenemos que visitar la gasolinera y ver el contador de litros al momento de llenar el tanque.

Con el paso del tiempo nos damos cuenta de que el verdadero gasto no era el auto, sino el combustible.

Por eso, no todo el mundo es fanático de tener un auto propio que es otra fuente de gasto bastante costosa y prefieren quedarse con su transporte público.

Sin embargo, yo soy de las que piensa y considera que es mejor tener un balance en todo y no ser tan radicales en algunas decisiones.

Puedes tener un auto, sólo no lo utilices tanto y así podrás ahorrar en gasolina.

Conozco un montón de personas que aunque saben que el combustible es costoso, utilizan su auto hasta para ir a la esquina o a un sitio que queda sólo a 10 o 15 minutos máximo de caminata.

El auto es un gran medio de transporte, pero tampoco debes abusar de él y aún menos si debes gastar mucho dinero por su uso.

Así que en lugar de salir a todas partes con él, aprovecha aquellas oportunidades donde el transporte público es una buena opción.

Por ejemplo, si debes ir a un centro comercial o tienda cercana pero no deseas caminar. Toma el bus o metro y llégate fácilmente.

Está comprobado que se consume más combustible en la ciudad y tramos cortos que en viajes largos donde el auto esté en movimiento constante y no parado en el embotellamiento del tráfico.

Suelta las llaves y toma un par de centavos para pagar el transporte público, además de que es muy posible de que ahorres tiempo al utilizarlo que yendo en auto.

Si eres alguien que bajo ningún motivo desea utilizar bus, bicicleta o algún medio de transporte alternativo y sólo piensas en utilizar tu auto, al menos hazlo de forma consciente y eficiente.

Mantén una velocidad constante y conduce sin frenar o acelerar mucho, esto mejorará el consumo de gasolina que tiene tu vehículo.

Hay personas que necesitan utilizarlo siempre por temas de tiempo o distancia y si estás incluido entre ellas, no necesitas gastar tanto dinero en gasolina si conduces de la forma que te indiqué.

De esta forma estarás ahorrando muchísimo dinero en gasolina que puedes utilizar para cosas más necesarias.

 

 

6. No te pegues al celular

Las operadoras nos ofrecen increíbles planes con muchos minutos para llamar, una gran cantidad de megas para gastar y mensajes de texto (aunque ya casi nadie los use) para enviar.

Pero estos planes no suelen ser precisamente económicos y aunque algunos son la excepción y terminan siendo bastante asequibles, el secreto de las operadoras para ganar dinero no es ofrecerte un plan y que pagues por él, sino que te excedas en el límite de tus beneficios.

Muy pocas personas llevan un cálculo de cuánto consumen en sus celulares y cuando se vienen a dar cuenta han superado el límite y están pagando una gran suma de dinero por cada mega o minuto de llamada que utilizan adicional.

Estos datos y minutos adicionales son los que realmente hacen a las operadoras ganar más dinero y los que hacen que tú gastes más de lo necesario en teléfono.

Por eso, controla un poco tu consumo e intenta abrir aplicaciones o navegar lo menos posible para así mantenerte dentro de los beneficios de tu plan.

Puedes recrearte viendo algunas imágenes, un par de vídeos y por supuesto, enviando mensajes por aplicaciones de mensajería que casi no consumen nada, pero tampoco te pases el día entero viendo a Youtube o escuchando música por Internet.

Si te parece muy tedioso llevar un control de cuánto gastas, no debes hacerlo manualmente. La mayoría o mejor dicho, todos los celulares inteligentes tienen una opción en ajustes o configuración que te permite poner un límite en la cantidad de datos y minutos que tienes permitido utilizar; una vez llegues a él, dejará de funcionar por su cuenta.

O en lugar de detenerlo totalmente, puedes hacer que te envíe una notificación cuando te estés acercando al límite y así saber que debes controlar más el consumo y ajustarlo a los días que te quedan hasta llegar a tu fecha de corte.

En el caso de que seas alguien que se ve en la necesidad de utilizar el celular todo el tiempo, evalúa mejor todos los planes que ofrece tu operadora y encuentra uno que se ajuste más a tus necesidades y así no tengas que gastar tanto dinero pagando beneficios adicionales.

 

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7. Que esté en oferta no significa que debas comprarlo

Cuando vemos en una tienda, la que sea, un porcentaje de descuento en su mercancía, no lo pensamos dos veces cuando ya estamos entrando por la puerta a al menos curiosear y ver las ofertas.

Esto es muy común cuando sólo hay un 20% o 30% de descuento, ya te imaginas cómo es cuando es de un 50% o 70% en algunas ocasiones.

Es bueno aprovechar las ofertas para comprar algunas cosas que necesitamos e incluso otras que no son necesarias pero representan darnos un placer de vez en cuando, pero el hecho de que veas una oferta no significa que todo el tiempo debes comprar algo para “aprovecharla”.

El problema con las ofertas es que cuando vemos algo económico, buscamos cualquier excusa para comprar al menos una cosa aunque no nos sirva para nada o no la necesitamos.

No sé cuántas veces he visto personas que al ver objetos como un jarrón en oferta dicen “puedo comenzar a colocar flores en la mesa” sólo para hacerse una excusa y comprarlo.

Si está en oferta no significa que debes comprarlo, así que controla tus manos y déjalas lejos de tu cartera.

Aprovecha aquellos descuentos en productos o servicios que de verdad vayas a utilizar o tenías pensado comprar, pero no lo habías hecho porque eran muy costosos y requería gastar más dinero del que podías o querías.

Cuando las ofertas llega a los alimentos, no enloquezcas. Muchas veces vemos un 2×1 en productos que ni en nuestra remota vida consumimos y sólo porque está barato lo compramos.

También están esos casos en que SÍ es algo que consumimos, pero tampoco en grandes cantidades o tan rápido como para poder comerlo todo antes de que caduque o se dañe en la nevera. Por lo cual siempre terminan en la basura y de igual forma estás gastando dinero innecesario.

 

 

8. Utiliza la secadora lo justo y necesario

Entre los electrodomésticos que más energía consumen, sin duda la secadora de ropa está entre los primeros.

El hecho de producir aire caliente y tener que hacer ciclos constantes de más de 20 minutos, además de secar el agua, también te drena los bolsillos al momento de pagar la luz.

La secadora consume muchísima energía y lo peor del caso, es que solemos utilizarla para secar cualquier cosa (a menos que no se pueda colocar en ella) con tal de no tener que extender ropa.

Pero si tienes el espacio y los instrumentos necesarios para tenderla, ¿por qué no hacerlo?

Además de estar ahorrando un montón de energía, también evitas que tu ropa se desgaste con mayor rapidez e incluso se seca mejor al momento de tenderla y dejar que la brisa haga su trabajo.

Muchos ponen la excusa de que “la ropa gotea”, pero lo cierto es que casi todas estas personas que tienen una secadora en casa, tienen al menos una lavadora semi automática que deja la ropa sólo húmeda y que en cuestión de un par de horas estará seca si la tiendes.

Así que ese gran problema de mojar todo al tenderla no es realmente una excusa.

Podrías utilizarla en situaciones donde la prenda es muy grande o no suele secarse bien porque absorbe mucha agua. Por ejemplo, los edredones y sábanas de la cama suelen presentar este pequeño inconveniente.

En esos casos, utiliza la secadora ya que no es todos los días que lavas ropa de cama y sólo usarías la secadora unas 4 o 5 veces al mes como mucho.

De resto, tiende la ropa en tu patio o en un área donde tengas espacio y no vaya a entorpecer a nadie.

En la casa donde me crié solemos tenderla en cuerdas que se encuentran por todo el jardín y actualmente, en el departamento donde vivo, hay un espacio suficiente para que mi necesidad de usar la secadora sea reducida.

 

 

9. Compra productos de segunda mano

Cuando le hablas a alguien sobre productos de segunda mano, lo primero que piensan es que están sumamente usados y las personas sólo se quieren deshacer de ellos.

Si bien es cierto que sus dueños sólo quieren que deje de ocupar espacio en sus casas, la mayoría de estos productos no se encuentran en mal estado.

De hecho, están casi como nuevos y en ocasiones te encontrarás con algunos que efectivamente lo están y sólo se guardaron durante mucho tiempo.

Pero como no son productos de paquete y que están en una tienda directa, siempre se venden mucho más económicos que uno de primera mano.

Ropa, zapatos, utensilios de comida, libros, muebles y muchos otros productos que puedes ver normalmente en ventas de garaje o incluso por Internet.

Y ya que puedes encontrar una gran variedad de ellos, intenta comprar productos de segunda mano más seguido y te estarás ahorrando un dineral.

No tienes que comprar TODO lo que utilices en mercadillos, pero al menos aquellos que son costosos estando nuevos podrías intentar darte una vuelta y buscar uno igual o parecido a un precio más económico porque ha sido usado un poco.

Por ejemplo, yo siempre intento comprar mis utensilios de cocina como ollas, sártenes y algún que otro electrodoméstico de segunda mano para evitar gastar cientos de dólares en uno nuevo cuando por menos de la mitad puedo comprar uno casi sin usar y que funciona bien.

Todos los días crece más el porcentaje de la población que compra productos de segunda mano por el simple hecho de que sale más económico y los ayuda a tener dinero extra en sus bolsillos.

 

 

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10. Utiliza menos la calefacción y el calentador

El invierno nos consume a todos en algún momento, hace tanto frío, que lo único que queremos es pegarnos a una estufa o poner la calefacción al máximo para asarnos un poco.

Pero cuando estamos fuera de temporada y sólo hace un poco de frío, seguimos encendiendo la calefacción sin tener en mente que gasta muchísima energía.

Si a eso le sumas las otras cosas que debes utilizar mientras está encendida, tendrás muchos ceros en tu factura de luz al final del mes.

Por eso, intenta no usarla tanto si no es necesario y el poco frío que hace se puede solucionar vistiendo un suéter o ropa más gruesa.

En los casos de invierno donde el frío cala nuestra piel, utilízalo, pero al momento de dormir escoge ropa de cama más gruesa de forma que puedas bajar un poco la temperatura y que la calefacción no esté a todo su potencial.

Lo mismo ocurre con el calentador de agua.

Sé que una ducha de agua caliente es muy relajante, sobre todo después de un largo día de trabajo o una sesión de ejercicio; pero el agua fría o natural no tiene nada de malo en la ducha diaria y de rutina.

En épocas de frío ni se te ocurra no encender el calentador de agua, pero si vas a hacerlo recuerda apagarlo una vez termines de bañarte y utiliza el agua natural del grifo para hacer las demás actividades.

Si te encuentras en fechas donde el clima es normal, caliente o sólo fresco, entonces no enciendas en calentador y dúchate con el agua normal (a menos que esté como si cayeran cubos de hielo).

 

 

11. No tires… repara

Si tu monitor no enciende, el microondas no calienta bien o algo en tu casa está presentando fallas, no lo tires al momento de notarlo.

Casi todos estos artículos se pueden reparar si la falla no es mayor y representa más gasto que incluso comprar uno nuevo, cosa, que no pasa casi nunca la primera o segunda vez que algo comienza a fallar.

Pero todos asumen que, si bien es más fácil ir y comprar uno nuevo, creen que el utensilio no se puede reparar o no tiene solución y debe ir a la basura.

La mayoría le tiene miedo al “¿cuánto me cobrará un técnico por repararlo?” o “¿cuánto pedirá la costurera para arreglar mi ropa?”, pero lo que no ven es que casi siempre será más económico que ir y comprarlo nuevamente.

Y a veces ni siquiera se trata del dinero o porque no creen que puedan repararlo, sino por la pereza de buscar a alguien que pueda hacerlo.

Siempre habrá cierta preocupación por no encontrar a un experto, pero antes teníamos que consultar ese libro enorme de páginas amarillas para dar con uno, mientras que ahora sólo tienes que hacer una búsqueda por Internet y también podrás ver la reputación de la persona con otros clientes.

Si lo que se ha dañado o roto es algo a lo que le tienes mucho aprecio, intenta con más razón buscar a alguien que pueda repararlo en lugar de descartarlo en el momento.

Te estarás ahorrando un montón de dinero al no comprar todo como nuevo cuando apenas se averíe.

 

 

12. Revisa la despensa antes de ir de compras

Las compras solemos hacerlas una vez a la semana, un sábado o domingo cuando estamos libres y sin apuros.

En ocasiones, seguramente debes visitar la tienda de conveniencia otro día de la semana porque se te ha acabado algún producto o alimento, pero éstas son compras puntuales de una o dos cosas.

Ir semanalmente a comprar es el periodo perfecto para mantener los productos en buen estado (aquellos que no se pueden guardar por mucho tiempo) y también para consumir lo que tenemos en la despensa.

Sin embargo, cada vez que tomamos nuestra billetera y nos dirigimos a hacer las compras, olvidamos totalmente revisar lo que tenemos en la despensa.

Por ejemplo, si el envase de arroz está lleno, si hay suficiente azúcar o sal, así como si falta algún cereal.

Y la cuestión no es que no haya, sino que aún tengas alimentos en la despensa o nevera y vayas a comprarlos nuevamente haciendo propenso a que los sobrantes se dañen antes de consumirlos.

Esto puede parecerte un gasto mínimo, pero si se hace un hábito, entonces toda la comida que tiras semanalmente se vuelve en cientos de dólares desperdiciados. Además, tampoco es bueno tirar los alimentos.

Por otro lado, cuando son granos, cereales, galletas o productos enlatados, las personas solemos comprar en gran cantidad para mantenerlos siempre presentes en casa, pero de lo que se olvidan es que estos también tienen fecha de caducidad.

Sí, normalmente se vencen al año o dos, pero te sorprenderás las veces que he visto personas tirando enlatados porque expiraron y todo porque compraban seguido y nunca mantenían el control de cuándo vencía o simplemente, porque tenían muchos y no lo sabían.

Tómate un par de minutos en revisar bien tu despensa y el refrigerador y asegúrate qué hay y qué no hay para saber lo que realmente necesitas comprar.

 

 

13. Utiliza más las ventanas y ventanales

Pasar todo el día en el aire acondicionado dentro de tu casa o con la calefacción encendida, es bastante agradable según la época, pero no es algo que necesites utilizar todo el tiempo, incluso cuando hace calor.

Hay casas o apartamentos que no tienen precisamente muchas ventanas, pero siempre hay al menos una en la habitación o sala y comedor. Las cuales son perfectas para ventilar el ambiente y aprovechar más el clima del día.

A lo que quiero llegar, es que abras más las ventanas, cada una de ellas o al menos por las que corra más aire y no tengas la necesidad de encender el aire acondicionado por el calor.

Las personas suelen pensar que con sólo abrir una ventana es suficiente, pero para que corra bien la brisa y se pueda crear la sensación de frescura en lugar de humedad y un aire caliente, debes abrir ventanas que queden de lados opuestos y así pueda ventilar perfectamente.

Incluso cuando hace mucho frío, puedes encontrarles un buen uso sin necesidad de encender la calefacción.

Ciérralas todas y coloca cortinas claras que hagan entrar la luz del sol y así puedas mantener un ambiente fresco dentro de tu casa.

Por las noches sólo tienes que cubrirte bien con tu ropa de cama al momento de dormir.

 

 

14. En realidad… ¿Sabes utilizar la lavadora?

Nadie lee las instrucciones de uso, y yo me incluía en ese grupo hasta hace un par de años donde me di cuenta de lo importante que era.

Sobre todo para electrodomésticos como la lavadora.

Cuando solemos lavar, sólo hacemos el programado automático y listo, no nos molestamos en ver mucho la temperatura, si es agua fría o caliente y muchos menos cuánto detergente rinde la lavadora.

Pero lo cierto es que dependiendo del modelo de lavadora que tengas, puedes rendir de distintas formas el detergente, pero también ahorrar agua y luz.

Por ejemplo, lavar con agua fría es la mejor opción y sólo porque de esta manera evitas calentar agua y consumir mucha más energía.

Otra cosa que te ayudará mucho en ahorrar es meter la carga máxima de ropa o al menos, acercarte a la capacidad completa de tu lavadora.

Así no tendrás que realizar varias cargas, gastar más detergente y agua.

Si no tienes para una carga completa, incluso es preferible que esperes unos días más para meter toda la ropa junta.

 

 

15. Paga las deudas

La razón principal por la que no vemos tanto dinero al final del mes es porque tenemos muchas cuentas y deudas que pagar que se llevan ese extra que podríamos destinar para el ahorro u otras cosas.

Endeudarse para comprar bienes como un auto o casa no tiene nada de malo. Incluso puedes pedir préstamos si es algo de gran relevancia.

Pero el problema con las deudas es que no es simplemente pedir el dinero prestado y de igual forma pagar el monto exacto que pediste en un par de meses.

Debes saber a estas alturas que todos estos préstamos y deudas, ya sea con un banco o no, tienen cierta tasa de intereses que son las que realmente nos consumen mensualmente.

Sobre todo en las tarjetas de crédito que el interés puede llegar a ser incluso de un 10 o 15%.

Es inevitable evadir esos intereses, pero sí podrías pagar menos por el préstamo o deuda que tienes si le das la prioridad suficiente y te enfocas en pagar lo más pronto posible.

En lugar de pagar el monto mínimo mensualmente de las tarjetas, ¿te han sobrado $50 adicionales? Entonces en lugar de gastarlo en cosas innecesarias o que pueden esperar, paga un mayor monto del préstamo. Mientras más tiempo tardas, más dinero debes pagar.

Una buena opción es reunificar tus deudas para reducir los intereses. De esta forma si te sabes administrar y destinas el dinero extra que te entra mensualmente para pagar tus deudas, lograrás ahorrar todo el dinero que tenías destinado para pagar, además del de los intereses.

 

 

16. No compres en temporada

En mi país, no tenemos las 4 estaciones del año, pero cuando es época de sequía y luego de lluvia, los cambios en la temperatura igual son muy notables.

Por eso también tenemos esa época del año donde nos vemos necesitados en comprar ropa distinta para adaptarnos mejor al cambio de clima.

Pero este cambio de vestimenta puede ser bastante costoso si esperamos a que el frío nos azote y todo por causa de las colecciones de temporada que lanzan algunas marcas de ropa ya sean reconocidas o no.

Sumándole que todo el mundo espera a última hora para hacer sus compras y por ende, deben comprarlo al costo de lanzamiento que siempre es más caro que en otros momentos.

Así que, ¿por qué gastar tanto dinero en ropa de temporada durante ella, cuando puedes comprar otro mes del año?

Tanto en mi país como en aquellos donde pasan por verano, primavera, otoño e invierno, una vez que la ropa ha pasado de temporada o incluso de moda, se vuelve un 50% más barata si es que no más.

La ropa no es algo que se dañe de un día a otro y hasta puedes dejarlo colgando en tu armario hasta que llegue nuevamente la temporada.

Lo que me lleva a, en lugar de comprar en temporada, hazlo una antes o sólo un mes antes de que llegue el frío o calor.

Esto hará que consigas muy buenas ofertas en prendas completamente nuevas en las tiendas y almacenes y no tengas que gastar más del doble o triple de dinero en ropa nueva ya llegada la época.

“Estar a la moda” no es algo de vida o muerte y si quieres tener más variedad, piensa en que con el dinero que gastarás durante temporada, podrías comprarte el doble de ropa fuera de ella, así podrás adaptar todas tus prendas a las tendencias.

Pero repito, no es algo que justifique querer gastar $100 en un abrigo en lugar de $50 o $40 por el mismo pero un mes antes o después de la temporada.

 

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17. Compra alimentos frescos

Las verduras, pescado, carne y pollo, son alimentos que puedes comprar congelados y que lleven un par de días en las neveras de los supermercados, pero no significa que sea lo más recomendable a menos que no tengas de otra.

Está comprobado que es mejor levantarse un poco más temprano, ir al mercadillo o costa cercana, y comprar los productos recién salidos y cosechados que se ven súper frescos.

La mayoría de la gente no lo hace porque asume que es más costoso, pero la verdad es que tienen el mismo precio o son más económicos que en los supermercados porque les estarás comprando a muchas personas que son las que se encargan tanto de cosechar como de distribuir los productos y ponerlos en venta.

Mientras que en un supermercado, indirectamente te están cobrando por el empaque, sueldo de sus trabajadores, instalaciones, entre otras cosas; el motivo de esto es porque necesitan que la ganancia sea mayor.

En cambio que en el mercadillo, casi todos buscan tener una ganancia pero para ellos únicamente.

Además de que estarás sumando a la ecuación una vida más sana y mayor control en la cantidad de productos que compras.

No tienes que ir todos los días como mucho, pero si unas 3 veces por semana y así ver las ofertas constantes que colocan en el mercadillo.

Otra ventaja es que pueden tener un precio, pero hasta puedes negociar con ellos por uno más económico, cosa que ni remotamente puedes hacer en un supermercado.

 

 

18. Haz las compras por Internet

Excluyendo la parte de alimentos y cosas vivas, las compras por Internet son una gran opción si quieres ahorrar dinero en productos del hogar o para ti.

En casi todas las páginas de Internet podemos encontrar ofertas de incluso un 70% de descuento en más de un productos y aunque deberás pagar el envío, sigue saliendo más económico que ir a una tienda y comprarlo.

Por eso las personas (incluyéndome) somos sumamente adictas a las compras por Internet, porque además de ayudarnos a ahorrar dinero, no tenemos que pasar horas caminando para encontrar lo que buscamos.

Sólo tengo que encender mi computador o desde el mismo celular, y escribir el producto en el que estoy interesada.

Con sólo hacer eso, encontraré miles de anuncios y resultados en el Internet de donde puedo escoger para comprar los productos.

Por supuesto, esto no significa que porque algo esté en oferta debes comprarlo, lo que nos lleva un poco al punto 7 sobre las ofertas.

Si no es algo que necesitas, no lo compres.

El punto de comprar en Internet es que puedas ahorrar dinero en aquellas compras que SÍ son necesarias y no por un simple capricho.

Sé que es difícil, porque hasta yo me he encontrado dándole a la opción de comprar a un producto sólo porque me he dejado llevar por lo bonito y barato, pero que siendo objetiva no necesito.

Así que si tienes dificultades durante tus compras por Internet, vuelve al punto 7 y piensa “¿realmente necesito esto?”.

Si buscas una licuadora, un celular nuevo o cualquier otro producto, limítate a buscar los mejores precios de este y ahorrarte por realizar la compra por Internet, pero no veas el resto o caerás en compras compulsivas.

 

 

19. Utiliza el agua con consciencia

No hay algo que me moleste más, que ver algún grifo o regadera abierta que no se esté utilizando y en su defecto, que se pueda cerrar durante unos momentos mientras por ejemplo, alguien se cepilla los dientes.

Son cada vez menos las personas que tienen consciencia respecto al uso del agua y aunque no quiero darte una charla de cuidado ambiental, si debo enfatizar en el hecho de que no ayudamos mucho a cuidar el planeta por acciones como no cerrar un grifo de agua.

Te apuesto que más de una vez mientras te cepillas, afeitas o lavas la cara, has dejado el grifo del lavamanos abierto incluso cuando te estás enjabonando o no estás utilizando el agua por unos segundos.

La gente piensa que unos segundos no son mucho, pero en ese breve momento se gasta más agua de la creerías.

Dejando un poco de lado el tema del medio ambiente, déjame enfocarme en la parte de ahorrar dinero.

Abrir un grifo de agua puede consumir alrededor de 5 a 6 litros de agua y si no es una salida de agua muy potente, igualmente puede consumir mínimo 4 litros.

Esto es mucho gasto de agua que se verá reflejado en tu factura y si gastas 6 litros por minuto, ve sumando todos esos breves segundos o incluso a veces, minutos, que dejaste abierta algún grifo.

Y esto es sin contar cuánta agua se gasta al ducharnos o llenar una bañera.

Ten un poco de consciencia en el uso del agua si no quieres terminar con una factura por alto consumo y a veces, hasta una multa cuando se ha consumido DEMASIADA agua en tan sólo un mes.

Puedes aplicar otros métodos de ahorrar agua como usando más la ducha y menos una bañera.

 

 

20. Desconecta lo que no utilices

Dejar electrodomésticos, equipos de computadora o incluso dejar el celular cargando por más tiempo aunque diga carga completa, consume mucha energía.

La mayoría de los equipos en nuestra casa consumen cierta cantidad de electricidad aunque no se encuentren “encendidos” como tal.

Pueden no estar en uso, pero aún así extraen corriente ya que no están completamente fuera de funcionamiento.

Por ejemplo, las personas que tienen un computador de mesa que para encender debe ser conectado a la toma corriente, suelen dejarlo conectado y por ende, aunque esté apagada la computadora, siguen consumiendo energía.

No dejes los equipos conectados si no tienen ningún uso en su momento y mucho menos dejes aquellos que utilizas una vez al día o con incluso menos frecuencia.

Sé que es incómodo desenchufar cada vez que termines de utilizarlos y en realidad, no es tan recomendable desconectar y conectar todo el tiempo ya que desgasta la toma del equipo. Sin embargo, eso tiene solución.

Existen múltiplos o “regletas” que tiene varias conexiones y puedes colocar varios equipos a la toma de corriente, pero lo que la hace tan buena, es que puedes encender o apagar este múltiplo.

De esa manera no tendrás que conectar y desconectar sino solamente encender y apagar la regleta que le cortará la fuente de energía a todos los equipos conectados a ella.

Si te pregunta es: “¿y la regleta no consume corriente?”, la respuesta es no, no consume energía mientras se encuentre apagada y hay incluso algunas que estando encendida, te ofrecen un rendimiento de energía ya que le mandan la corriente justa y necesaria a los electrodomésticos conectados.

 

 

21. No planches de a poco

El error más común que se comete, es pensar que lo que más consume energía al momento de planchar es el tiempo que tardamos haciéndolo.

En realidad, lo que más consume electricidad es el proceso de calentar la plancha.

Se requiere de una gran cantidad de energía para poder calentar algo y la plancha es uno de esos utensilios que requiere lo mismo que un secador de cabello después de usarse por unos 10 o 15 minutos.

Pero cuando ya está a temperatura, se consume menos electricidad para mantenerla ya que no se debe realizar una acción excesiva para pasar de frío a caliente.

Por ende, cuando estás planchando no estás gastando tanto como crees y justo por eso es recomendable que en lugar de planchar cuando te vayas a colocar la prenda o sólo un par de pantalones y camisas para la semana, intenta planchar TODA la ropa que tienes acumulada.

Con esto no quiero decir que acumules ropa, pero si tienes varias prendas, plánchalas todas y no de a una.

Es decir, no planches tantas veces, pero cuando lo hagas asegúrate de no dejar prendas para después que ocasionarán que tengas que calentar la plancha nuevamente sólo por una o dos.

 

 

22. Compara precios y busca el mejor

¿Viste el ventilador que necesitabas en la tienda de la esquina? No te conformes con sólo ese y ponte tus zapatos más cómodos y busca el mejor precio.

Cuando necesitamos comprar algo, en el primer sitio que lo encontramos allí lo compramos y estoy segurísima que te ha pasado como a mí más de una vez: lo ves en una tienda una o dos cuadras más adelantes y para más, con un precio más barato.

Somos impulsivos al comprar y no me refiero a comprar todo lo que vemos únicamente, sino que compramos lo primero que visualizamos en un sitio sin saber si en otro puede estar más económico.

No te conformes con un precio y tómate al menos unos minutos más en curiosear otras tiendas y ver si consigues lo que buscas a un mejor precio.

Comparar precios puede llevar un poco de tiempo, pero valdrá mucho la pena incluso si terminas comprando en el lugar inicial. ¿Por qué? Porque así sabrás qué tienda es más económica en cuanto a las demás del mismo tipo y podrás ahorrar tiempo y dinero luego.

Lo mismo ocurre con las compras que realices por Internet.

Hay tantos anuncios, que es difícil elegir uno y con cada segundo que pasa, te encuentras uno con el mismo producto ya sea más caro o más económico.

Si no te sientes capaz de hacerlo todo el tiempo, siempre hay un punto medio donde te recomiendo comparar y buscar el mejor precio cuando se trate de algo con un gran valor económico.

Una casa, auto, electrodomésticos, computador, entre otras cosas que no compres diariamente o muy seguido.

 

 

23. Recicla y reutiliza

No se trata de reparar, sino de ver aquellos objetos o materiales que tienes en casa y que ya no tienen uso para lo que se pensaron inicialmente.

El primer impulso que tienen todos es tirarlos o regalarlos, cuando podrías sacarle provecho y así no desperdiciar el dinero invertido en ellos.

Además, podrías sorprenderte con las cosas que puedes crear con algunos objetos y que pueden cumplir la función de algún producto que pensabas comprar.

Por ejemplo, las botellas de vidrio del vino, juego, leche o cualquier otro producto, pueden servir como floreros para tu hogar y así colocar las flores que compras todas las mañanas.

Una de las cosas positivas es que también lo puedes personalizar como tú desees.

Hay una infinidad de opciones para reutilizar y reciclar lo que tienes en casa.

Yo utilizo algunas camisas rotas y toallas de baño desgastadas para hacer trapos de limpiar, secar e incluso he llegado a utilizar una toalla toda rota como trapeador.

Siempre se le pueden hacer un par de modificaciones a esos objetos viejos que tienes en casa y así encontrarles otro uso para que puedas sacarles todo el provecho.

 

Negocios ecológicos

 

24. Enseña a los niños cómo ahorrar

Si eres alguien de familia o con muchos niños a tu alrededor, no es mala idea que comiences a crearles buenos hábitos que los ayuden a ahorrar dinero.

Una buena idea es enseñarle un punto a la semana de esta lista, por ejemplo, cerrar los grifos de agua cuando no se usen aunque sea un corto periodo de tiempo. Así estarás formando a otra persona ahorradora en casa.

Imagínate, si con que sólo tú ahorres un poco y apliques los trucos que te he mostrado anteriormente, estarás ahorrando mucho dinero, ¿cuánto puedes ahorrar si todos ponen de su parte en casa? Comenzando por los más pequeños.

Es normal que los niños no tengan una noción de cuánto cuestan las cosas y se acostumbren a que todo esté allí para ellos.

Por eso es bueno inculcarles desde corta edad cuánto cuesta la luz, el agua, decirles que mientras más consumen, más gastan.

Claro, todo esto lo harás de una forma amena ya que es comprensible que no lo entiendan al inicio y tampoco se debe hablar con ellos de forma hostil.

Esto aplica también a las compras que haces y los gustos que les das.

La fascinación de un niño siempre es un juguete y la familia de este siempre quieren verlo feliz con lo que desea y aunque no estoy en contra de consentirlos un poco, deben aprender a aceptar un no como respuesta desde jóvenes.

Participarles que no es porque no quieras, sino porque no puedes comprarlo o no es algo realmente necesario, que hay que priorizar.

Intenta que en este aspecto, tus hijos no sean personas derrochadoras con el paso del tiempo y que entiendan desde niños lo que es ahorrar y cómo pueden hacerlo.

 

como sanar tu relacion con el dinero

 

25. Lo barato sale caro

Es común encontrarnos con productos o alimentos que están a un precio de ganga y no es porque estén en oferta, sino porque ese es su supuesto precio.

Por lo que muchas veces nos dejamos llevar por los pocos ceros que tiene en comparación a otros y lo tomamos sin pensarlo dos veces.

Sin embargo, algo que he aprendido mucho es que en varias ocasiones, lo barato te puede salir caro y es que esos productos que fueron mucho más económicos, puede que no duren ni un día.

Lo que es excesivamente barato no suele ser de una calidad ni siquiera decente o media, más bien termina siendo súper mala.

Esto no es todo el tiempo, pero cada vez que te topes con una ganga así, es mejor que desconfíes y lo pienses bien.

Si terminas comprando el producto y no dura ni siquiera la mitad de tiempo que podría durar otro de mejor calidad y buena reputación, entonces no vale la pena en ningún sentido.

Al final estarás gastando nuevamente por otro y en muy poco tiempo, mientras que te pudiste haber comprado uno de mejor calidad, un poco más costoso, pero que lo más seguro era que te duraría más del triple de lo que duró el de la ganga.

¿Piensas que es una buena oportunidad de compra? Tómate unos minutos e investiga con tu celular o preguntando a conocidos si lo han probado anteriormente y qué tal ha sido.

Si ves que vale la pena, dale un intento, pero si a simple vista notas que no es de tan buena calidad y lo que has leído o te han dicho no es muy favorable, mejor invierte un poco más en uno que promete.

Hace varios meses compré unos tacones que eran hermosos y mucho más económicos que en otra tienda que había visto, de hecho, el precio era único.

Ya al mes se me había roto un tacón y terminé comprando los más costosos, pero al verlos se notaba la diferencia y son los que utilizo casi todos los días.

 

 

¿Quieres ahorrar dinero en casa? Sigue estos trucos y cuéntame cómo te ha ido aquí abajo en los comentarios.

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